Se comportaron banales, aldeanos, y como único recurso político, se enfangaron en el lodazal de los infundios: Intrascendentes, mentirosos, los nueve candidatos a “Casa Guerrero” no dieron propuestas de solución a los grandes y graves problemas que sufre los ciudadanos, y sin recato, nos mostraron, que están en la contienda por desvergüenza y cinismo, y no por una voluntad de servir a Guerrero, solo servirse de él.
A poco más de un mes de que ocurran las elecciones del 7 de junio, los nueve candidatos se enfrentaron en un primer debate, con las manos metidas en los lavaderos con muy poco agua y sin detergente, sin las armas de honor para un duelo entre inteligentes, solo artillados con la falacia, con las heces del desprestigio “del otro” y con: “Recaiga toda la culpa de “Los 43”, en los beyes de mi compadre” La cita, el hotel Fairmont Pierre Marques, ubicado en la zona dorada de Acapulco Diamante, protegida por la Gendarmería y discretamente por militares.
Beatriz Mojica Morga del PRD, protegiéndose tras su escudo de la misoginia, Héctor Astudillo Flores del PRI, acusando a otros de sus propios pecados políticos, Jorge Camacho Peñaloza del PAN, gris, hablantín, pero sin sustancia y recursos oratorios, un Luis Walton Aburto de Movimiento Ciudadano, colmilludo, experto en esquivar la bola del “tírenle al negro”, y con las mañas suficientes para salir con la ropa menos manchada por la lodacera.
De los otros, poco, Alberto López Rosas del Humanista, apelando a la legalidad, siendo él, un evasor de la misma, un Pablo Amílcar Sandoval de Morena, como el niño aquel que en clase, levanta la mano y cuando lo dejan hablar, nadie lo “pela”. El resto, Karime Sevilla del Panal, Goldeleva Rodríguez Salmerón del Partido de los “Pobres” y Raymundo Nogueda Analco de Encuentro Social, se convirtieron en el descanso mental de los escuchas: Paja, clichés y simplismos. Pura modorra.
Los cuatro candidatos punteros, Walton, Beatriz, Astudillo y Camacho, se señalaron entre sí, responsables de la desaparición y muerte de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre en Iguala de la Independencia, y como si la amistan con el matrimonio Abarca-Pineda fuera el pecado original, todos, sin excepción, los negaron tres veces, y las mismas tres veces, se les revirtió en el rostro su relación inocultable. El que menos se pensaba, Astudillo, fue exhibido en una fotografía del brazo con José Luis Abarca. Tras el debate, la percepción de la calidad de los 9 candidatos empeoró, y la intensión del voto útil, quedó flotando en el éter de la desconfianza, y sin remedio, los Ciudadanos seguimos en las mismas, con lo que aún, no hay nada para nadie.